martes, 5 de diciembre de 2006

MANUEL CASTILLA PIMIENTO

Juan Tejada y Manuel Castilla Pimiento



FLAMENCOS DE NERVA I

Hacia tiempo que habíamos quedado en vernos para hablar de él, pero a pesar de haber coincidido en varias ocasiones en eventos y en paseos por el parque, hasta una mañana lluviosa de esas que invitan a la tertulia, no me puse expectante a escuchar su historia.MANUEL CASTILLA PIMIENTO, se sentó a mi lado y expresivo y hablador empezó a deleitarme narrándome su pasado... la historia quizás del mas flamenco y el más estudioso de los que han habitado esta tierra de artistas.
Sus ojos vivarachos, sus frases tan solemnes y su agradecimiento constante a sus vivencias, hacen saber el flamenco que siente y vive... sencillez, humildad y arte, bonita y autentica filosofía del cante que emana del pueblo.Nació en el “Pozo Bebe”, ese barrio tan nervense proliferado en aficionados al cante, fue un día 28 de diciembre y un año, el 43, donde aún el hambre de la posguerra se dejaba impunemente asomar por estas tierras mineras. Hablando de su niñez su rostro brilla y sus recuerdos al contarlos te hacen vivirlos, él no cuenta su historia con palabras vanas, las dice igual que cuando ejecuta el cante, viviéndolas y transmitiéndolas. Escucharlas es trasladarte a otra épocas donde D. Agustín Vaquero, D. Antonio González y D. Manuel Barrera le daban clase en aquellos pupitres desvencijados que él aun recuerda en las escuelas de la misma calle Castelar o la Cañadilla. A D. Antonio siempre le estará agradecido dice... “el fue quien a los trece años me brindó la oportunidad de trabajar en su imprenta”, desde entonces hasta su jubilación siempre estuvo entre letras de metal y ruidos acompasados de las maquinas que le marcaban el compás del cante por lo “bajini” que siempre salía de sus labios a lo largo de su vida.
Recuerda a una Nerva bulliciosa, donde mineros se entremezclaban en el “ir y venir” a las minas en relevos dispares, le encantaba ir a la estación y fijarse en las listas buscando los nombres de su padre Ángel Castilla y su abuelo Manuel “el zapaterin” para ver que relevos tenían. Después se deleitaba viendo el llegar y venir de trenes y locomotoras que se perdían a su vista infantil en la curva de la fábrica de ácidos.
Dice que la primera vez que escuchó el cante fue en su propia casa, su padre entonó una seguidilla ante los acordes de su abuelo, desde entonces, tasca donde había cante, Manuel escucha impactante los sonios negros que muchos nervenses en aquella época hacían sonar después de jornadas intensas.La tasca “el viruta”, “el casino Calixto”, en “el viguera” y en “el gigante”, eran escenarios frecuentes de cantaores locales como “el repeluco”, Celio “el carretero”, Manuel “el chato” y “El cantaor” y Manuel ensimismado se hacia llevar por aquellas voces que despertaron poco a poco su pasión, “EL FLAMENCO” y que él poco a poco fue curtiendo hasta hacerla salir de su garganta.Recuerda esa época con nostalgia y a la vez con alegría de haberla vivido, sus raíces, junto al olor de las jaras y romeros, siempre las mantuvo su mente.
A los 24 años, se casó y con su mujer encinta marcha, como muchos nervenses, a tierras catalanas, tierra de adopción que le estará enormemente agradecido... “los catalanes no son como dicen”, me remacha continuamente, “siempre me respetaron tanto a mi como nuestra cultura” son sus palabras constantes de la época larga que ha vivido allí y que ahora comparte con la tierra que le vio nacer, Andalucía, su amor inquebrantable y su pueblo, Nerva, por la que siempre soñó.
Allí después de muchas vicisitudes, tuvo cuatro hijos, su hijo varón Manuel Castilla como él, ya es un consagrado guitarrista en ambientes flamencos y su nieto “el tete” también va despuntando en el arte que heredó de su padre y abuelo.
¿Qué decir yo de Manuel?, como persona... descubrirme. Como cantaor... deleitarme y dejarme llevar por esa voz y perderme en esa cantidad de cantes que domina, desde el Levante hasta Sevilla, desde Huelva hasta Cádiz y desde Málaga a Granada”, escucharlo es recorrer Andalucía de punta a rabo, sentir la sal, las gambas, el romero o el azahar, es vivir la pena, la alegría, la soledad o el cabreo, eso es Manuel como artista.
Nombre.
- MANUEL CASTILLA PIMIENTO63 AÑOS, JUBILADO
Residencia.
- NERVA Y S. BAUDILIO DE LLOBREGAT.
Premios.-
-1º PREMIO DEL PUBLICO EN HOSPITALET-
-1º PREMIO POR SAETAS EN RADIO MIRAMAR
-FINALISTA “ANTONIO MAIRENA” EN HOSPITALET
-FINALISTA POR MALAGUEÑAS “HIJOS ALMACHOR”
-FINALISTA EN LA LLAGOSTA.
-FINALISTA EN EL CONCURSO “YUNQUE”
Discografía.- CORNELLA FLAMENCO
Bibliografía.- FLAMENC ¡0H!
Ha compartido cartel.
-PACO TORONJO
PLACIDO GONZALEZ
MARIA DE LA COLINA
LUIS DE CORDOBA
PEPE ALBAICIN
CURRO DE UTRERA
Sus cantaores preferidos.- Antonio Mairena, Fosforito, Lebrijano, Perrate y Fernanda de Utrera, Terremoto y Juan Talega.
ENTREVISTA.-
FLAMENCO.- Sin menospreciar ninguna, es la mejor música del mundo, me alegra y me transporta a lugares mágicos, dándome vitalidad y energía.
SER FLAMENCO.- Es una forma de vivir, forma parte de mi es una filosofía de vida.
SOLEA.- Es la reunión de todo el flamenco, es la madre de todos los palos.
SEGUIRILLAS.- Quejío inmenso, es un sentimiento sabio de una pena que desborda.
BULERIAS.- Para mi es uno de los mas difíciles de interpretar, es una explosión de alegría e imprescindible dentro del flamenco.
TARANTO.- Me recuerda al “Cerro Colorao”, a los trenes, la estación, mi niñez, mi padre y mi abuelo, en definitiva mis raíces y mi pueblo.
FANDANGOS.- El encinar, la dehesa, el romero y mi Andalucía.Gracias D. Manuel por tan amena y entrañable velada.

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